Mostrando entradas con la etiqueta elige tu propia aventura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta elige tu propia aventura. Mostrar todas las entradas

sábado, 15 de noviembre de 2014

Adiós a R. A. Montgomery (1936-2014), creador de "Elige tu propia aventura"

Seguro que alguna vez los habéis leído. Una de las mayores y mejores sagas de libros infantiles: Choose Your Own Adventure, de Raymond Almiran Montgomery. Elige tu propia aventura. Un libro que es muchísimo más que un libro: Es un juego al que puedes jugar una y otra vez, cambiando tu camino en la lectura.


Se sitúan en todo tipo de lugares alrededor del mundo, en el mar, en el espacio, en otros mundos. Vendió más de 250 millones de libros alrededor de todo el mundo, entre 1979 y 1999. Entre esos años se publicaron montones de libros que daban la oportunidad a los niños de elegir su propio destino, su propio camino.

El autor de tales maravillas nos ha dejado, pero deja tras de sí no solo una saga increíble, sino una forma nueva de leer jugando. Él creó esta forma de jugar, el hizo que los niños pudiesen jugar leyendo. Empezó como profesor (¡:D!) y necesitaba una forma de enseñar matemáticas a chicos con problemas para aprender. Ello evolucionó a los libros que conocemos.

Durante muchos años fueron mis libros favoritos. Llegué a leerme todos los que tenía a mi alcance cuando iba a casa de mis abuelos, varias veces cada uno, una y otra y otra vez, eligiendo distintas aventuras. No sé exactamente porqué: Quizá es la sensación de que eres tu el que escribes la aventura, o quizá es porque se parecía a los juegos, en los que yo dirigía al personaje, yo decidía hacia dónde se iba, yo llevaba al personaje.

¿Personaje? ¡Personajes! Porque lo genial es que cada libro te daba una historia distinta, y podías elegir a tu gusto cual preferías, y a dónde querías ir con ello. No se trata del valor literario, ni de todas esas cosas que solemos valorar los adictos a la lectura. Aquí se trata de unos libros que animan a los niños a jugar con la lectura, que los acostumbraban a tener un libro en las manos disfrutando.

Muchas gracias por lo que nos dejas, genio. Gracias, R. A. Montgomery.